viernes, 20 de noviembre de 2015

Semana III Investigacion sobre el Club Deportivo Morelos, Biografia y Areas Sociales


Búsqueda de información acerca de las actividades extra deportivas realizadas por el Club Deportivo Morelos, Filial de Chivas de Guadalajara


50 años al servicio de la comunidad

Ing. José de Jesús Sierra Barba
Es una obra de apostolado y servicio social de la congregación mariana de Nuestra Señora de Guadalupe, establecida en el Santuario de Señor San José

El pasado 19 de mayo, el Deportivo Morelos cumplió 50 años. El acontecimiento nos remonta al día en que el entonces Arzobispo de Guadalajara, don José Garibi Rivera, bendijo las incipientes instalaciones, en mayo de 1957, en uno de los terrenos ubicados en las afueras del poblado de Atemajac, en lo que hoy es la Calzada del Federalismo, en el municipio de Zapopan, al norte de Guadalajara. Aunque es bien conocido por todos que el terreno y sus instalaciones hoy se encuentran dentro de la zona metropolitana, a propósito de este aniversario resulta interesante volver la vista al pasado y rememorar nombres, fechas y acontecimientos.

Breve historia de un sueño

En el año de 1955, después de la muerte de Mons. Manuel Diéguez Rojas, el entonces congregante mariano, ya ordenado presbítero, Ildefonso Águila Zepeda, al hacerse cargo de la congregación, sintió la necesidad de buscar los medios para preservar a la juventud de los vicios, además de fomentar su devoción y su fe, a través del sano esparcimiento y la práctica del deporte; por ello pidió la autorización al Excmo. Sr. Javier Nuño, para lanzarse a la realización de un proyecto que sirviera a tales fines.
Con la aprobación de Mons. Nuño, comisionó a don Francisco Venegas y al señor Ricardo Montaño para que buscaran un sitio apropiado donde construir campos deportivos al servicio de los congregantes. Tras meses de búsqueda se encontró una antigua granja abandonada, con restos de establos y cebaderos de animales, denominada Vista Hermosa, al norte del pueblo de Atemajac, que parecía reunir los requerimientos necesarios para el ambicioso proyecto del «Padre Águila».

Contra corriente

Pese a no contar con recursos económicos suficientes para solventar un compromiso que parecía inalcanzable, esto no fue impedimento para el sacerdote visionario, audaz y apóstol incansable, cuyos únicos grandes amores fueron «Jesús y María», y teniendo una infinita confianza en la intercesión del Patriarca Señor San José ante la Providencia Divina, el sacerdote se lanzó y afrontó los grandes retos que implicó la realización de la «grandiosa aventura»: el Deportivo Morelos.
Para adquirir el terreno se firmaron documentos que deían ser cubiertos en dieciocho meses, avalados por el señor Francisco Venegas, quien generosamente solventó algunos pagos, en tanto el «Padre Águila», apoyado por algunos congregantes ejemplares y laicos comprometidos, reunía las cantidades requeridas, con grandes sacrificios, desvelos y sinsabores...

¿Desfallecer o seguir?

Tener el terreno, darle seguridad jurídica y legal, bardearlo, acondicionarlo y, al fin, construir... siguió siendo la misma historia de esfuerzos. Han transcurrido 50 años, pero día tras día se siguió trabajando, con intensidad, entusiasmo, espíritu de servicio, enormes limitaciones económicas, incomprensiones y –¿por qué no decirlo?– abusos cometidos contra el «Padre Águila»; abusos que despertaron en varias ocasiones la intención de desistir del empeño en algunos congregantes, quienes ante tantas adversidades y problemas económicos le comentaron al «Padre Águila» que el Deportivo Morelos sería un «elefante blanco», o «un barril sin fondo», casi imposible siquiera de sostener, mucho menos de continuar. Sin embargo, Mons. Ildefonso Águila Zepeda siempre les comentaba que «por un pecado mortal que se evitara», era suficiente para compensar todos los esfuerzos que significaba seguir adelante con este «gran proyecto».

Más allá del objetivo

Con el transcurrir del tiempo, y casi desde sus inicios, las instalaciones del Deportivo Morelos dejaron de ser simplemente un lugar de esparcimiento y práctica deportiva, y pasaron a ser un centro para diversas obras de servicio social y apostólicas de la congregación mariana: se construyó la terraza de usos múltiples, algunas albercas, una escuela primaria, un comedor para los niños, estacionamiento y taller para la flotilla de camionetas que lleva a los catequistas a más de cien centros de doctrina.
Hoy, en este espacio existe incluso un dispensario médico y un consultorio dental.
Después del sentido fallecimiento del «Padre Águila», se construyeron el jardín de niños, la Casa de Pastoral en que se celebran experiencias de fe y encuentros con Cristo (los viernes, sábados y domingos de todo el año), donde se alternan los fines de semana las diferentes secciones de evangelización de la congregación; además, las ocho canchas de futbol empastadas están acondicionadas con nivel profesional; en ellas juegan 120 equipos y niños de la Escuela de Futbol, que cuentan con baños dignos para los jugadores, amplios estacionamientos y anuncios espectaculares, etcétera.
Las instalaciones, por cierto, han servido en comunión eclesial como miembros de la Iglesia Católica, para que nuestra jerarquía eclesiástica y el Presbiterio realicen allí variados eventos diocesanos; han sido puestas también al servicio del Seminario y para la celebración de actos sociales, educativos, deportivos, culturales y religiosos.

Una obra de ayer y hoy

En la actualidad, este legado de Mons. Ildefonso Águila Zepeda (el 23 de mayo pasado se cumplieron once años de su muerte), como patrimonio de la congregación mariana del Santuario de Señor San José, debidamente legalizado e institucionalizado, es una realidad y un gran compromiso, en el que se ha seguido trabajando después de la muerte de su fundador.
Con el actual director de la congregación, Mons. Rubén Darío Rivera Sahagún, apoyado por la labor inmejorable del administrador, Lic. Ildefonso Águila Altamirano, se sigue trabajando con el mismo esfuerzo y limitaciones económicas de siempre, pero con gran empeño, dando así continuidad a este proyecto hecho realidad: el Deportivo Morelos.

1 comentario:

  1. Qué puedo decir de esa gran historia que tuvo el Deportivo Morelos A.C. mi Padre Lázaro Toscano Ramírez fue la persona de confianza de Monseñor Ildefonso Águila Zepeda, quien le dio toda su confianza para administrarlo por más de 30 años. Inolvidables vivencias, hay tantos recuerdos, tantas vivencias de mi niñez cuando acompañaba a mi Padre para resolver los problemas cotidianos que tenía en el día a día el Deportivo Morelos.

    Le reconozco a mi Padre su gran labor de tantos años, así como la colaboración de los trabajadores que estuvieron trabajando y a los que algunos, en 2019, siguen trabajando.

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